El síndrome de Down en 2025: lo que realmente dice la ciencia

Noviembre 25, 2025

Si estás leyendo esto probablemente tengas un hijo, una hija, un hermano, un alumno o simplemente quieres entender mejor. Acá va la información más actual (hasta noviembre 2025), contada de forma clara, con rigor y con mucho respeto por las personas que viven con síndrome de Down (SD).

1. El cerebro con síndrome de Down no está “roto”: funciona distinto

La causa es casi siempre una copia extra (total o parcial) del cromosoma 21. Eso hace que algunos genes se “lean” una vez y media o el doble de lo habitual.

Lo nuevo y muy importante: ya no hablamos de “el” síndrome de Down como si todos fueran iguales.

Un estudio grande publicado en 2024 (Universidad de Colorado) analizó sangre y células de cientos de personas con SD y encontró tres subgrupos biológicos diferentes.

→ Algunos tienen el sistema inmune más inflamado todo el tiempo.

→ Otros tienen más problemas con el metabolismo de las neuronas.

→ Y un tercer grupo tiene un perfil más “tranquilo”.

¿Por qué importa? Porque por primera vez podemos pensar en tratamientos personalizados según el subgrupo de cada persona, en vez de dar “la misma receta” a todos.

2. La esperanza de vida ya cambió para siempre

En los años 80, muchas personas SD no llegaban a los 30 años (sobre todo por problemas cardíacos que no se operaban). Hoy la media global está cerca de los 60 años y sigue subiendo.

En países con buen acceso a salud, ya es común ver adultos de 65-70 años con SD viviendo en sus casas o departamentos supervisados.

El gran desafío actual no es “que sobrevivan”, sino que envejezcan con buena calidad de vida (y ahí aparece el tema Alzheimer, al que nos referimos más abajo).

3. Alzheimer y síndrome de Down: la relación incómoda

Casi todas las personas con trisomía 21 completa tienen, a partir de los 40 años, las placas amiloideas en el cerebro que vemos en Alzheimer. Pero no todas desarrollan demencia.

Aproximadamente el 50-70 % sí la desarrolla entre los 50 y 60 años.

Hay ensayos clínicos en marcha (2024-2025) probando medicamentos que ya se usan en población general (donanemab, lecanemab) y otros más específicos como levetiracetam (un antiepiléptico que parece mejorar la memoria en ratones con modelo de SD). Los resultados preliminares son prometedores, pero todavía estamos en fase temprana.

4. ¿Se puede “curar” o “mejorar” la parte cognitiva?

Aquí la ciencia es honesta: todavía no hay ningún medicamento aprobado que aumente el CI de forma sostenida y segura.

Lo que sí funciona y tiene evidencia sólida:

  • Intervención temprana intensiva (0-6 años): cuanto más rica y constante, mejor pronóstico cognitivo y del lenguaje.
  • Terapias cognitivo-conductuales adaptadas: ayudan muchísimo con ansiedad, rigidez mental y regulación emocional.
  • Sistemas alternativos de comunicación (CAA): pictogramas, tabletas con apps tipo Proloquo o Grid… cambian la vida.
  • Actividad física regular: mejora atención, memoria de trabajo y estado de ánimo (estudios 2024-2025 lo confirman otra vez).

5. El elefante en la habitación: el diagnóstico prenatal y las tasas de interrupción del embarazo

En países donde el test no invasivo (NIPT, un simple análisis de sangre materna a partir de la semana 10) es rutina y está cubierto, entre el 70 % y el 100 % de los embarazos con diagnóstico de SD se interrumpen.

Eso no es opinión, son números oficiales de Dinamarca, Islandia, Países Bajos y partes de España y EE.UU.

La pregunta ética que nadie quiere hacerse en voz alta pero está ahí:

¿Estamos informando a las familias o estamos transmitiendo —sin decirlo— que esta vida “vale menos”?

6. La mirada que está ganando terreno: la neurodiversidad

Cada vez más investigadores y familias dicen:

El síndrome de Down es una variante más de cerebro humano, no una enfermedad que haya que erradicar.

Tiene dificultades reales (sí, la discapacidad intelectual existe), pero también fortalezas reales: mayor empatía promedio, excelente memoria visual a largo plazo, habilidades sociales muy potentes cuando se les da el contexto adecuado.

Pedir que una persona con SD “funcione como neurotípica” es tan absurdo como pedirle a una persona neurotípica que tenga la empatía y la sinceridad emocional que muchas personas con SD muestran de forma natural.

7. Qué podemos esperar en los próximos 5-10 años

  • Medicamentos que retrasen o prevengan el Alzheimer en SD (probablemente antes que en población general, porque el riesgo es tan alto que los ensayos avanzan rápido).
  • Terapias génicas muy focalizadas (silenciar solo algunos genes del cromosoma extra) que están en fase preclínica.
  • Más colegios y empresas que entiendan inclusión de verdad, no solo “meter” a la persona y listo.

Para cerrar, desde el corazón y desde la evidencia

Tu hijo, tu hermano, tu alumno no es “un caso de síndrome de Down”.

Es una persona completa que tiene síndrome de Down, del mismo modo que otra persona tiene ojos marrones o es zurda.

La ciencia avanza, sí. Pero el cambio más grande sigue siendo cultural: pasar de “qué lástima” a “qué suerte conocer otra forma de estar en el mundo”.

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